domingo, 20 de enero de 2013

El filósofo griego Demonax (II a.C.), según nos transmitió Luciano de Samosata, rechazó ser sepultado al fin de sus días y pidió a sus discípulos que le abandonaran en el bosque para ser devorado por las fieras, con el argumento de que deseaba poder ser de alguna utilidad para otros seres vivos después de muerto. Seguramente, buena parte de las 30.000 familias de otros tantos fallecidos que seguían cobrando las prestaciones de la dependencia debían ser seguidores del cínico Demonax. Pero eso no ha sido argumento suficiente para que el Gobierno no les haya obligado a devolver los 140 millones cobrados ilegalmente en los últimos cuatro años. Andalucía es la región donde más muertos seguían estando muy vivos a efectos del Imserso. Un total de 4.194 casos irregulares han sido descubiertos en este territorio, una vez que el Tribunal de Cuentas ha cruzado los datos de las comunidades con los del Instituto Nacional de Estadística. En este ranking de los defraudadores de las ayudas de la dependencia, aparece en segundo lugar Castilla-León, con 4.105 casos, seguida del País Vasco (3.444) y de Galicia (3.389). Es evidente que no sólo ha fallado la honradez de estas familias, sino también la eficiencia de la Administración en el control de tales prestaciones. El Imserso es quien, en tanto que responsable del Gobierno, debía haberse encargado de la aplicación informática que permite regular las ayudas a la dependencia, pero igualmente de descubrir la financiación indebida. Ha faltado pues transparencia para detectar las bajas que se producían, pero asimismo se ha producido mala fe por parte de los particulares que no han advertido a las autoridades del deceso de un familiar a fin de seguir cobrando las ayudas que este recibía. Cuando los ciudadanos sitúan la corrupción como uno de los males de la política, deberían apercibirse de que la honestidad empieza por uno mismo, y que no vale quejarse de los demás por lo que uno carece. Si las personas intentan engañar a la Administración, es evidente que no tienen ninguna autoridad moral para protestar por tantos delitos de malversación como aparecen a la luz pública. Ni una sola comunidad española escapa a estas prácticas, aunque debería aclararse que los casos de Baleares son sólo seis y que en Canarias no alcanza la cifra de doscientos. En Catalunya los casos registrados son 1.959, situándose en una zona intermedia en cuanto a episodios contabilizados; en volumen de dinero, el monto estafado es la tercera parte que en Andalucía. Debemos exigir a nuestros políticos la máxima honradez, pero también tendríamos que reclamárnosla a nosotros mismos. Como escribió Georges Bernard Shaw, "me temo que debemos hacer honesto al mundo antes de poder decir honestamente a nuestros hijos que la honestidad es la mejor política posible". Leer más: http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20130120/54361037343/marius-carol-este-muerto-esta-muy-vivo.html#ixzz2IXUhPA9z Síguenos en: https://twitter.com/@LaVanguardia | http://facebook.com/LaVanguardia

Hay que extremar los controles para que nadie pueda pensar que hay periodos mejores y peores para confiar en el diario El farmacéutico de mi barrio suele advertirnos de que no se nos ocurra enfermar en vacaciones, no porque quiera velar por el disfrute de nuestros días de descanso, sino porque dice que en un hospital, en vacaciones, hay el trabajo de siempre y sólo la mitad del personal. Y encima -apostilla- algunos son suplentes. Lo que mi boticario supone en los centros de salud algunos lectores lo han advertido en su diario, los días navideños. Carlos Alonso Gispert escribe sorprendido al descubrir que una misma crónica sobre las irregularidades del Deutsche Bank se publicó dos veces: primero en Economía, el 23 de diciembre, y luego en la sección de Internacional, el 6 de enero. Otros siete lectores han advertido al Defensor de que durante tres días las tiras de "Calvin y Hobbes", en la página de Pasatiempos, ya se habían publicado pocas semanas antes. ¿Cómo es posible que se repitan crónicas o viñetas ya publicadas? Rafael Poch, corresponsal en Berlín y autor de la crónica publicada dos veces, lamenta lo ocurrido, da toda la razón al lector y explica que "cuando regresé de vacaciones creí que la crónica no se había publicado, porque al teclear Deutsche Bank en el buscador no me salió ese artículo y sí muchos otros de agencia". Y no rehúye su responsabilidad, porque "seguramente -afirma- hice un mal uso del buscador de la base de datos". El corresponsal explica también que reenvió la crónica puesto que "el tema seguía siendo de gran actualidad" y que la mandó a la sección de Internacional porque sabía "que en Economía están sobrecargados de temas". Algo parecido ocurrió los días 5, 6 y 7 de enero, cuando se repitieron tres viñetas publicadas en diciembre. Albert Molins, responsable de Producción, cuenta que el error nace en la empresa suministradora de la página de pasatiempos, donde confundieron las tiras publicadas el mes anterior con las que debían insertar en enero. Y posiblemente, las vacaciones tuvieron su influencia en el fallo. En su carta, el lector que nos advierte de que la crónica de Berlín está repetida hace una serie de consideraciones sobre la responsabilidad del autor y de los mecanismos de control del propio diario que deberían evitar esas duplicaciones. Y acaba cuestionando la credibilidad de un medio que es capaz de copiarse a sí mismo. Joaquín Luna, redactor jefe de Internacional, entiende las dudas del lector pero quiere dejar claro que se trata exclusivamente de un error de coordinación y que por lógica y por decencia nadie sería capaz de copiarse a sí mismo de forma consciente. Aunque a veces, reconoce Luna, la explicación más sencilla es la que más cuesta de demostrar y la que peor se entiende. No sé si estos días, convertido en recaudador de copagos y tasas que van y vienen, al farmacéutico de mi barrio le queda humor y tiempo para recomendar las mejores fechas para enfermar. Pero en La Vanguardia, que es lo que nos interesa, deberíamos extremar los controles para que nadie pudiera suponer que hay periodos mejores y peores para confiar en el diario. Leer más: http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20130120/54362123159/repeticiones.html#ixzz2IXVCfQxL Síguenos en: https://twitter.com/@LaVanguardia | http://facebook.com/LaVanguardia

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