domingo, 27 de enero de 2013

Sin confianza para invertir


La confianza no pertenece a los indicadores macroeconómicos convencionales, pero cada día dispone de mayor influencia en la determinación de aquellos. Los estados de ánimo de los agentes en general, pero desde luego los de los empresarios, son cruciales, en la medida en que informan de las decisiones de inversión y de las apuestas a medio y largo plazo en asunción de riesgos. Y los empresarios españoles no están precisamente muy confiados en la evolución del entorno económico más inmediato, el que conforma la propia economía española. Así se deduce del Barómetro Empresarial que publica hoy Negocios. Es en el Gobierno donde esa confianza de los empresarios se ha debilitado de forma más explícita. Ese segmento de la población española saludó mayoritariamente la victoria electoral, y la mayoría absoluta resultante, del Partido Popular (PP). Pero ahora esos mismos empresarios, en una proporción del 52%, valoran negativamente el primer año de gobierno de Mariano Rajoy. Solo el 24% cree que el balance ha sido positivo y para el 24% restante no ha tenido un efecto significativo.
Esa valoración adversa coexiste con la favorable sobre la reforma del mercado de trabajo, la decisión mejor valorada por los empresarios, con un 47% de los encuestados que se manifiestan de acuerdo con ella. Esa reforma no ha dado precisamente, por el momento, sus efectos esperados sobre la creación de empleo, pero ha facilitado y abaratado de forma significativa los despidos en las empresas. Y favorece esa manifiesta contención del crecimiento de los salarios que ampara las mejoras de productividad y competitividad exterior de algunas compañías.
En esa misma lógica abaratadora de los costes se justifica el rechazo de los empresarios encuestados a las subidas de impuestos que el Gobierno ha decidido con el fin de cumplir los objetivos de ajustes presupuestarios impuestos por las autoridades europeas. El 79% se declara en desacuerdo con esas medidas, una proporción algo mayor a la de los que consideran un error el sacrificio presupuestario de la inversión en investigación y desarrollo (I+D). Subida de impuestos y reducción indiscriminada del gasto público son los principales responsables de la contracción del crecimiento y el principal obstáculo a la recuperación. En ausencia de demanda suficiente del resto del mundo de bienes y servicios españoles, la economía española no abandonará la recesión a la que está abocada en este año.
Los obstáculos adicionales a la recuperación no son poco relevantes. A esa dependencia de la demanda exterior se añade el mantenimiento de niveles de endeudamiento de las empresas muy elevados. La atonía de los ingresos por ventas hace mucho más pesada la carga por intereses en las cuentas de resultados de las empresas, además de limitar las posibilidades de refinanciación. Estas seguirán siendo muy dependientes de la evolución de las condiciones que los inversores en bonos exijan al Tesoro Público. La mejora de las últimas semanas en la escena financiera internacional no puede darse en modo alguno como definitiva. Entre otras razones, porque no responde a mejoras en los fundamentos económicos de las economías, sino al alejamiento de amenazas externas o a la mejor disposición del BCE. Por ello, facilitar la digestión de la deuda empresarial es una condición casi tan importante como garantizar demanda suficiente.
fuentes http://elpais.com

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