sábado, 2 de noviembre de 2013

"Ser lector corresponsal ha contribuido a mi nombramiento de cónsul honorario

Los artículos de Josep Miquel Viñals, que escribe en LaVanguardia.com desde 2008, siempre han intentado cambiar la imagen negativa que se tiene de Rumanía

Lectores corresponsales | 23/10/2013 - 00:04h | Última actualización: 27/10/2013 - 14:24h
Josep Miquel Viñals fue nombrado el pasado 10 de octubre en Bucarest por el embahjador de España en Rumanía Archivo
Patricia Plaza
Patricia Plaza | Sigue a este autor en Twitter Google +
Es licenciado y tiene un master en Dirección de Empresas por ESADE, habla ocho idiomas con fluidez y en 2005 (tras 12 años trabajando como director financiero en una multinacional americana) se quedó en paro. Tras un viaje a Rumanía en 2007 decidió dejarlo todo, hacer las maletas y fundar su propia empresa, Vía Rumanía, con la intención de promocionar Rumanía como destino de inversión española.
Así es Josep Miquel Viñals, un valiente emprendedor que después de muchos años trabajando por atraer empresas españolas a Rumanía y acercar ambas culturas ha sido nombrado cónsul honorario de España en Timisoara. Viñals es lector corresponsal de LaVanguardia.com desde finales de 2008 y, esta faceta, asegura, "ha contribuido y ha tenido un peso importante" para su nombramiento. Charlamos con él.
- ¿En qué consiste ser cónsul honorario?
- Básicamente en representar a España en todos los actos oficiales que se la requiera o invite, así como interesarme e intentar defender los intereses de los españoles de mi zona de acción. Es un cargo sin remuneración, pero constituye un gran honor y un reconocimiento que permite tener acceso oficial a las más altas instituciones locales, lo que espero que ayude a una mayor presencia de la empresa española en la zona de acción del consulado honorario.
- ¿Por qué en Timisoara?
- El gobierno de España ha considerado necesario la apertura de esta representación porque la ciudad de Timisoara ocupa el tercer lugar en Rumanía en cuanto a población y actualmente destaca por su amalgama cultural, su belleza arquitectónica y su dinámica economía. Es una ciudad y una región activa e importante desde todos los puntos de vista pero alejada físicamente de la capital. Además, Timisoara espera doblar su población en los próximos años, con una excelente localización geográfica y un alto grado de industrialización. Ha destacado históricamente en la zona y volverá a hacerlo. Hasta ahora había 17 consulados en Timisoara, de entre los grandes países europeos sólo faltaba España y Gran Bretaña.
- ¿Cuáles son sus principales objetivos como cónsul?
- El primero, económico. En este momento estoy presentando el Consulado Honorífico a todos los estamentos oficiales de Timis, Arad y Caras-Severin, las tres provincias asignadas al consulado. Me reúno con gobernadores, alcaldes, directores de instituciones… y les muestro todo nuestro apoyo y colaboración en beneficio mutuo. Queremos abrir las puertas a la presentación futura de la empresa española en licitaciones públicas, que es donde más inversión habrá. Igualmente deseamos dar una imagen de mayor presencia cuando parece que hay una ligera mejora económica en España.
Tras el económico, la cultura es mi mayor centro de interés. Desde que empecé mi actividad empresarial en Timisoara desarrollé un programa cultural. En 2010 organicé Sant Jordi en Timisoara y en 2011 invité a 23 niños de la Escola Lys de Barcelona a participar en un festival folclórico infantil. A partir de 2012 he organizado cada año los Zilele Culturii Spaniole (Días de la Cultura Española) que acerca todas las culturas de España a Rumanía. En febrero 2013 patrociné la exposición de grabados de Goya Los desastres de la guerra y el pasado 16 de octubre hicimos una presentación pública sobre el barroco español en el Festival Barroco de Timisoara, ya con la categoría de cónsul honorario. Trabajamos mano a mano con la sección bilingüe del Liceo Calderón y con el lectorado de español de la Universitate de Vest. También tengo relación con las cátedras de euskera y catalán de Hungría y desearía poder abrir una cátedra de catalán en la Universitate de Vest, para lo que contactaré con el Ramon Llull.
- ¿Tenemos una imagen estereotipada de los rumanos?
Sí, y esos estereotipos desaparecen al poco de llegar al país. Y además estereotipada en lo negativo. En España hay casi un millón de rumanos. La inmensa mayoría se integra perfectamente y conviven como cualquier ciudadano. Una minoría delinque. Pero el problema no sólo son ellos, sino un sistema legal que no actúa con firmeza. En Rumanía no se están con bromas a este nivel y quien roba va a la cárcel largos periodos, mientras que en Europa occidental pasan por comisaría como quien compra el pan.
- ¿Qué cosas compartimos y cuáles nos diferencian entre los españoles y los rumanos?
La lista es interminable en ambos puntos. Destacando alguno, compartimos una cultura de origen latino que nos facilita la comprensión, pero que tiene como inconveniente que hace primar el corto plazo frente a los planes a largo. También compartimos el ser países periféricos en Europa, lo que nos aleja de los núcleos de decisión, pero nos permite, si queremos, ser la puerta de entrada en zonas de gran crecimiento: España para Latinoamérica y Rumanía para Europa del Este y Asia central.
Nos diferencia que España está mucho más adelantada que Rumanía en muchos sectores económicos. La evolución económica que ya hicimos en España se puede repetir en Rumanía, si bien deseo que se eviten nuestros errores del pasado.
- ¿Cuál es el papel que juega Rumanía en la UE?
- Es un país importante por población pero poco significativo económicamente. Ahora bien, tiene un punto de gran importancia: Su posición geográfica. Es fronterizo con Ucrania, Moldavia, Bulgaria, Serbia y Hungría, y algo de gran importancia: su costa en el Mar Negro, desde donde ha de entrar el gas de Asia Central en Europa. Rumanía y Bulgaria disponen de un factor de gran importancia estratégica. Por su parte los gobiernos rumanos intentan mantener buenas relaciones con los mayores países europeos, aunque la actual negativa de algunos de ellos a la entrada rumana y búlgara en Schengen es prueba de su escasa fuerza política.
- ¿Cuál es la presencia actual de empresas españolas en Rumanía? ¿Les va bien?
- Depende de los sectores. A las constructoras, muy presentes en 2007 y 2008, la crisis las golpeó enormemente y muchas no han levantado cabeza. Las de obra pública siguen licitando y han obtenido grandes contratos, si bien sufren retrasos de pago a veces importantes. Las que mejor van son las industriales, que fabrican muy barato para exportar a toda Europa y otros destinos. Ya no hace falta que se vayan a China, pueden fabricar en Rumanía a costes muy similares y con muchos menos problemas. Las empresas agrícolas muestran situaciones mixtas, algunas muy bien y otras no tanto. Depende de la evolución del precio del cereal, muy fluctuante.
- ¿Animaría a los empresarios españoles a implantar sus negocios en Rumanía? ¿Por qué?
- Depende de qué empresario y depende de qué negocio. Si la intención es vender en Rumanía, primero hay que analizar mucho el producto dado que ya hay de todo y a veces los precios no permiten una venta exitosa. En cambio el país es una excelente plataforma de producción con la que entrar en nuevos mercados a precios muy económicos. Vender en Europa central o Asia fabricando en España puede ser complicado, por costes y por distancia, hacerlo en cambio desde Rumanía es mucho más sencillo, por no hablar de las exportaciones tradicionales a Alemania y Francia.
- Y a los parados en España, ¿también los animaría a buscar trabajo allí?
- Según qué tipo de perfil tengan. Mano de obra no calificada no hace falta. La local es mucho más barata. En cambio puede ser útil personal medio para empresas productivas. Hay posiciones de mandos intermedios en las que falta gente con suficiente preparación. Evidentemente el idioma puede ser un problema. A los rumanos les cuesta muy poco aprender español, pero a los españoles les es más duro aprender rumano.
- ¿Han contribuido sus artículos en LaVanguardia.com para tu nombramiento?
- La propuesta de mi nombramiento como cónsul honorario por parte del embajador de España en Bucarest y la posterior aprobación de los gobiernos español y rumano responde sin duda a varios factores que la embajada debió de considerar de forma positiva. Yo agradezco enormemente la confianza mostrada y haré todo lo posible por estar a la altura del cargo. No puedo decir yo qué motivos tuvieron mayor peso, pero sí creo saber los que se consideraron. Por un lado llevaba yo ya seis años en Timisoara con mi empresa de consultoría Vía Rumanía apoyando la entrada e implantación de empresas españolas y promocionando Rumanía en España y España en Rumanía. Por otro lado en estos años hemos desarrollado una intensa actividad cultural con múltiples muestras de cultura española en toda su amplitud en Timisoara, algunas de enorme repercusión mediática y además con un programa constante a lo largo del año. Pero hay un factor que sin duda ha contribuido y ha tenido un peso importante de forma indirecta: mi participación como lector corresponsal en LaVanguardia.com.
Dado que me gusta escribir encontré en este canal la mejor forma de comunicar todo aquello que quería decir sobre Rumanía. Creía que era necesario ayudar a cambiar una imagen negativa, completamente equivocada de este país. Mis artículos los escribí sobre temas ajenos a la empresa (para ello ya tengo un blog), sobre temas sociales, deportivos, culturales, macroeconómicos... quería mostrar un país normal, donde yo me encuentro muy a gusto y que me ha tratado muy bien. Entre mis primeras colaboraciones entrevisté al senador Viorel Badea, presidente en el Senado del grupo de amistad rumano español, o al mismo embajador de España al poco de su llegada al país. Esto hizo que nos conociéramos. Recuerdo que conversamos detenidamente sobre las muchas posibilidades que Rumanía ofrecía al empresario español, lo desconocida que era, y la necesidad de comunicar estas ventajas lo más claramente posible. Posteriormente mis artículos, siempre resaltando lo positivo del país, han tenido un impacto, y me consta que han sido apreciados tanto en España como en Rumanía.
Obtener este aprecio me motivaba aún más a escribir otros y a presentarme como lector corresponsal de LaVanguardia.com en todo tipo de círculos, lo que sin duda me ha ayudado mucho a darme a conocer. De hecho en algunos ambientes se me conocía más como "el periodista de La Vanguardia" que como empresario, ¡y que conste que nunca me presenté como lo primero, pues no lo soy! La realidad es que para mí, ser lector corresponsal de LaVanguardia.com ha revestido una enorme importancia personal y creo sinceramente que también me ha ayudado en mi nombramiento como cónsul honorario.


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fuentes

Matrimonio evangélico abre portada de ‘La Vanguardia’ con su testimonio

Larissa e Ian Murphy explican en un vídeo cómo mantuvieronj su amor y se casaron pese a que él sufriera un accidente con graves secuelas mentales.No sólo es una historia romántica porque “nos amamos el uno al otro”, explica Larissa, sino que también “amamos a Dios”.
30 DE OCTUBRE DE 2013, PENNSYLVANIA
No sucede a menudo -es excepcional- que un diario español de ámbito nacional se haga eco del mensaje de un ministerio cristiano. Pero así ha sucedido con un vídeo de ‘Desiring God’, organización impulsada por John Piper, teólogo y autor estadounidense. El vídeo presenta una historia de amor basada en la confianza en Dios. Ha abierto la portada en internet del diario ‘La Vanguardia’ durante varias horas.

Larissa Murphy explica en primera persona su romance con Ian en este vídeo de 9 minutos. Saliendo con él desde sus tiempos de universidad, habían tomado la decisión de casarse cuando Ian sufrió un grave accidente que le provocó una fuerte lesión cerebral. Perdió su movilidad, su capacidad de hablar y de comer, y quedó incapacitado en muchos otros aspectos.

El cambio brusco en la vida de Ian podría haber roto completamente la relación, pero Larissa explica cómo decidió ir adelante, mudándose a casa de los padres de su novio dependiente para cuidar de él y participar en primera persona en la terapia.

“Yo sabía cómo era él aunque no pudiese hablar, eso me ayudó mucho. Sabía que me amaba”, explica. Los pequeños avances fueron dándose y Larissa decidió que “si Ian podía hablar conmigo podríamos hacer que funcionase”.

En medio de todo este proceso, moría el padre de Ian por cáncer. Este nuevo golpe no frenó la decisión de Larissa de casarse con su novio. Juntos se presentaron ante un juez con el fin deobtener la aprobación del matrimonio, algo que no era seguro ya que Ian todavía hoy es incapaz de tomar ese tipo de decisiones por su cuenta.

 Recibida la aprobación de la Justicia, celebraron la boda rodeados de amigos, en medio de la naturaleza. Con la pena de que el padre de Ian no pudiese verlo con sus ojos, al morir antes del enlace.

Larissa es sincera sobre las dificultades de su nueva vida con Ian. “Hemos visto a todos nuestros amigos casándose y teniendo buena salud. He visto como mis amigas y hermanas encontraron maridos con los que pudieron bailar en su boda o que las conducían a la iglesia el domingo por la mañana”.

Pero en su caso, la vida de ambos gira alrededor de la dependencia de Ian. Aún así, “aún a la luz de todos los problemas prácticos y las emociones que van surgiendo, fue una decisión muy simple: ‘nos amamos el uno al otro’”, dice Larissa.

Y añade: “Estoy segura que Ian no me habría dejado a mí si las cosas habrían sido al revés. Abandonar a mi mejor amigo nunca fue una opción para mí”.


 The Story of Ian & Larissa (Spanish subtitles)  from  Desiring God  on  Vimeo .

MEDIOS SECULARES EVITAN HABLAR DEL CENTRO DE LA HISTORIA
La historia de Larissa e Ian lleva conociéndose ya hace un tiempo. Fue grabada en 2011, se publicó en internet en 2012 y ha recibido 800.000 visitas (en su versión en inglés), 75.000 de ellas sólo en los dos últimos días, tras difundirse la historia en el diario británico  ‘Daily Mail’ y posteriormente en  ‘La Vanguardia’.

Pero ambos medios de comunicación quieren ignorar la parte central de la historia de amor. Aunque es más que evidente a lo largo de todo el vídeo, ambos reportajes excluyen el hecho de que Larissa pone la confianza en Dios como clave de su decisión. “Este matrimonio está protegido por Jesús y anhela impacientemente el cielo. Él [Dios] es el autor y quien nos sostiene”, explica ella.

Nuestra esperanza es que hemos vivido todo esto junto a Jesús” que es “nuestro propio ‘varón de dolores, experimentado en aflicción’ (Isaías 53:3). Así que no hemos tenido que andar solos”.

No sólo es una historia romántica, porque “nos amamos el uno al otro”, explica Larissa, sino que también “amamos a Dios”. “Sabemos que hemos hecho un pacto el uno con el otro, de la misma forma que Jesús hizo un pacto con la iglesia. La iglesia con la que Él hizo ese pacto es imperfecta, afligida e incapacitada. Igual que nuestro matrimonio.Esta iglesia, y nuestro matrimonio, están cercadas por Jesús y desean impacientemente el cielo. Él es el autor y quien sostiene”, concluye Larissa.

La visión clara del matrimonio se refleja en el vídeo y queda expresada de forma más completa aún en 3 artículos publicados por Larissa Murphy en Desiring God, la entidad que impulsó el vídeo.  Puede leerlos (en inglés) aquí .

PIPER: “BONDAD DE DIOS EN LOS MOMENTOS MÁS DIFÍCILES”
John Piper, que ha conocido la pareja, también comenta sobre ellos en un  post de ‘Desiring God’ . “Estar satisfechos en Dios (o en cualquier otra cosa) siempre parece más fácil cuando todo va bien. Pero cuando las cosas que usted ama están siendo despojadas de sus manos, entonces la prueba es real. Si Dios sigue siendo precioso en esos momentos, entonces su valor supremo brilla más. Él es más glorificado”.

El autor sigue: “Los testimonios más significativos que recibo es cuando la gente me dice que fue una visión de la soberanía y la bondad de Dios la que los sostuvo a través de los momentos más difíciles de su vida”.

“Aquí está uno de esos testimonios”, sigue. “Tiemblo con la grata responsabilidad de introducir a Ian Murphy y Larissa en este video. Tiemblo, porque es ‘su’ historia y de modo muy personal. Tan delicada. Puede ser fácilmente abusada. Tan incompleta. Y me alegro, porque Cristo es exaltado sobre todas las cosas”.

 Larissa Murphy escribe sobre su día a día junto a Ian en su  blog personal “Pray for Ian”. Puede visitarlo aquí . 

 Por su parte,  John Piper ofrece en la misma web la descarga gratuita en PDF de “This momentary marriage”  (en castellano, “Pacto Matrimonial”), libro del cual Larissa también habla en el vídeo.
 

El debate sobre el secesionismo

Ante la amenaza del secesionismo que está planteada en la vida política catalana, la reacción por parte de los que creemos en la legitimidad y la viabilidad del Estado y la nación españoles tiene dos tiempos claramente marcados. El primero es el de la defensa del Estado de derecho: cualquier intento de voladura del Estado y la nación común no puede llevarse a cabo sino siguiendo los cauces marcados por la legalidad. Quiere ello decir que solamente a través de los mecanismos de reforma de la Constitución puede prosperar la hipótesis secesionista.
Pienso que el consenso al respecto es amplio. Sucede, sin embargo, que a estas alturas del desafío por parte de significativos sectores del nacionalismo catalán, este primer tiempo de la respuesta se dibuja como insuficiente. Parece obligado por ello iniciar un segundo momento, a desarrollar fundamentalmente en el marco de la sociedad catalana, en que expongamos las razones por las que pensamos que la hipótesis secesionista es una pésima opción, tanto para los catalanes como para el conjunto de los españoles.
Cara a la realización de esta política de respuesta ideológica al desafío independentista, la primera cuestión es precisar los instrumentos para llevarla a cabo. Pienso que el más lógico y eficaz sería, en primer lugar, el entendimiento entre Gobierno y oposición, entre populares y socialistas.
El instrumento más lógico y eficaz sería el entendimiento entre Gobierno y oposición, entre populares y socialistas
En defecto de este primer instrumento en que corresponde al Gobierno tomar la iniciativa, pienso que un impulso al debate interno en el seno de los dos grandes partidos habría de ser el instrumento de recambio ante la temida ceguera que haga imposible la disposición de aquel entendimiento. En ausencia de estos dos mecanismos políticos, no habría otro recurso que articular las voces de la sociedad civil para poner en marcha la batalla ideológica contra la secesión.
Sea cual sea el instrumento utilizado, habría unos medios a desarrollar que parecen obligados. Es necesario elaborar un informe detallado, en el que se recojan los trabajos realizados hasta la fecha, de las consecuencias políticas, económicas, culturales y sociales que la secesión habría de suponer para la vida catalana y española.
Podría utilizarse como modelo el informe elaborado por el Gobierno británico en relación al supuesto de secesión de Escocia, en el que se insiste en la no continuidad del eventual nuevo Estado escocés con el orden jurídico anterior a la secesión o en la pérdida de oportunidades de todo orden para las nuevas situaciones políticas herederas del anterior Estado británico. Es necesario poner sobre el papel los argumentos contrarios a la separación de Cataluña que den respuesta a lemas tan burdos como “Madrid nos roba” o “Con independencia, mayor bienestar”.
La siguiente iniciativa elemental es llevar adelante un proceso de debate en Cataluña en que representantes de la sociedad catalana, con el concurso de otras voces del resto de España, puedan exponer las razones contrarias a la propuesta de secesión. Lejos de contribuir con ello al enfrentamiento civil en el seno de esa comunidad, podemos coincidir en que resulta indispensable dar voz y hasta altavoces a aquellos ciudadanos que no comparten el discurso hoy dominante en la vida pública catalana.
La Generalitat ha impulsado un proceso de encuadramiento social que hace difícil oír las distintas visiones
Hay razones para ver con poco optimismo el papel de los medios de comunicación catalanes ante la cuestión. El Gobierno de la Generalitat ha impulsado un proceso de encuadramiento social, de control desde el poder, que hace difícil oír las distintas visiones ante el problema. Contra este estado de cosas, es una obligación democrática luchar porque se escuchen todas las voces de Cataluña y que llegue a los oídos catalanes el discurso de afecto y solidaridad del resto de los españoles. Se trata de una responsabilidad que afecta prioritariamente a los medios de comunicación estatales, pero con la que todos los ciudadanos españoles estamos afectados.
Bien está, en definitiva, que proclamemos una y otra vez nuestra intención de defender el orden constitucional. Pero cuando está planteada la opción secesionista, resulta una irresponsable pasividad atrincherarnos exclusivamente en la defensa de la legalidad, sin afrontar el debate ideológico.
Se trata de una política que en absoluto pretende enturbiar el supuesto oasis que formaría hoy la sociedad catalana. Tenemos razones para sospechar que por debajo del oasis está presente el conformismo forzado por una estrategia nacionalista cuidadosamente elaborada a lo largo de estos últimos años. En definitiva, no se trataría de otra cosa que de llevar las reglas del pluralismo democrático a un problema en el que nos jugamos mucho. Es posible que, incluso, la estabilidad misma de nuestro sistema democrático.
Andrés de Blas Guerrero es catedrático de Teoría del Estado en la UNED.

Justicia y política

En tiempos de tribulación no hacer mudanza, decía sabiamente el de Loyola. Quizás por esa razón subliminal, a lo largo de tantos años no se modificó el Código Penal para adecuarlo a unos criterios de justicia retributiva. El terrorismo en España solo cosechó muertos de un lado. Lo más parecido al conflicto vasco era el del Ulster, pero ahí ambos contendientes —católicos y protestantes— utilizaban armas similares; y, además, ahí estaba el ejército intentando poner orden, más o menos. En España, los Gobiernos que se sucedieron desde 1977 —Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González o el primero de Aznar— no pudieron —o no quisieron— hacer lo que se hizo, por fin, con la introducción de la reforma del Código Penal de 2003 y el cumplimiento íntegro de las penas, cuando el PP tuvo mayoría absoluta. Tras esa reforma, el Tribunal Supremo (doctrina Parot) interpretó la ley con carácter retroactivo, lo cual satisfizo la indignación de la inmensa mayoría. Pero quienes algo sabemos de derecho, ya estábamos entonces convencidos de que un día, un tribunal, fuese jurisdiccional, de garantías políticas o de salvaguarda de los derechos humanos, tumbaría esa alarmante interpretación jurisprudencial.
Los magistrados de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, primero, y luego los del Tribunal Constitucional, ninguno por unanimidad, decidieron escuchar los ecos de la política para remediar el clamor de la calle que, con razón, se sentía indignada por el hecho de que fuese castigado con la misma pena quien había matado a una persona que aquel otro que hubiese asesinado a 23. Los magistrados, de cualquier orden jurisdiccional, tribunal de garantías o corte de derechos humanos, son influenciables a lo que pasa fuera de los tribunales, pues leen periódicos, escuchan la radio, se conectan a las redes sociales, tienen amigos o ven la televisión. No están aislados del mundo y no pronuncian sus decisiones, como la diosa de la justicia, con los ojos vendados desde el siglo XV. La justicia ciega es un desiderátum muy bonito, incluso sublime y casi poético, pero la realidad no es así. Gracias a la lejanía, y no a su ceguera, es decir a unos tribunales distantes, la justicia, valga la redundancia, se ha ido haciendo más justa y menos influenciable. Los poderes —ejecutivo, judicial, legislativo— están separados, claro, pero sus miembros y los del cuarto, del quinto o del sexto poder se cruzan y se saludan o se miran y vuelven la cara hacia otro lado. De ahí que los tribunales, cuanto más alejados de las influencias, mejor interpretan las leyes.
El Tribunal Supremo (‘doctrina Parot’) interpretó la ley con carácter retroactivo, lo cual satisfizo la indignación de la inmensa mayoría
El gran romanista Koschaker (Europa y el Derecho Romano) nos recuerda cómo Carlos VII, rey de Francia, por la ordenanza de Montils-les-Tours (1454), estableció para todo el reino la obligatoriedad de las coutumes.Posteriormente, el Parlamento de París (equivalente a la Corte de Justicia) y los juristas franceses de los siglos XVI al XVIII fueron construyendo el droit civil commun, imponiéndolo al particularismo jurídico de los Parlamentos locales. La Nueva Planta de la Real Audiencia del Principado de Catalunya, establecida por Felipe V el 16 de enero de 1716, tuvo efectos muy parecidos en nuestro reino, y muy positivos para la Administración de justicia, aunque fuese devastadora para la lengua catalana. Dentro de ese proceso evolutivo de la justicia, la Cour de Cassation o nuestro Tribunal Supremo en el siglo XIX y, ya en el XX, los tribunales de garantías políticas (nuestro Constitucional) o el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, son grandes logros de una justicia cada vez más universal.
La judicialización de la política o la politización de la justicia es un debate recurrente en todos los Estados de derecho. España no es, pues, una excepción. Repasemos nuestra realidad de cada día. Los excesos del juez del caso Bankia, la imputación de la exministra de Fomento socialista en el tema de los ERE, magistrados que, según les va, unas veces acusan y otras defienden, fiscales que piden pruebas innecesarias en casos politizados no se sabe con qué finalidad, partidos que utilizan los juzgados y tribunales para sus mezquinas querellas políticas, órdenes de prisión que se usan como medios de presión y un etcétera prolongado, ¿cómo digerimos todo esto sin que se nos indigeste? Habrá que concluir que cualquier asunto que entra en un juzgado o tribunal, procedente de la política, sea de un partido, de un sindicato, del Gobierno o del Parlamento, acaba convirtiéndose en un juicio político. Y cuanto más alejado este el juez o tribunal de la inmediatez del caso, mayores serán las probabilidades de que resplandezca la justicia. Siempre ha sido así y, aunque su decisión incomode, por esta razón debería respaldarse al TEDH y a los magistrados —a todos— que han considerado que la llamada doctrina Parot (retroactividad de la ley) vulnera el convenio. Al ministro que ha sostenido que el magistrado López Guerra ha desautorizando a España, habría que recordarle que por el artículo 46 del Convenio, ratificado por nuestro país en 1979, nos comprometimos a acatar las sentencias definitivas del tribunal. Afortunadamente, como ocurre en el Tribunal Supremo de Estados Unidos, los juegos de mayorías y minorías de nuestros tribunales constitucionales europeos y del TEDH no suele coincidir con las mayorías y minorías gobernantes.
Jorge Trias Sagnier es abogado y exdiputado del PP.

Las causas económicas de las migraciones

Después de Lampedusa, ¿debemos formar un mundo de comunidades cerradas? ¿Qué enseñanza podemos extraer de la recientes tragedias en el Mediterráneo, la muerte de centenares de africanos que intentaban llegar a Europa? Una forma de verlas es considerarlas solo eso, tragedias entre las muchas que ocurren a diario en el mundo. Y otra forma es situarlas en el contexto de las políticas europeas de migración, que en los últimos tiempos se han vuelto más restrictivas. En mi opinión, cualquiera de estas dos perspectivas es correcta, pero limitada.
Un punto de vista más acertado es situar las migraciones en el contexto de la globalización. Hay tres factores que han ido transformándose desde los años ochenta y que constituyen el motor de la última ola migratoria.
La desintegración salarial del mundo. El primer factor es que la diferencia entre los PIB per cápita de unos países y otros es mayor que nunca: hasta 2007, los países ricos habían experimentado tasas de crecimiento superiores a las de los países pobres.
Tanto hablar de la clase media mundial nos ha hecho olvidar que 10 países africanos, con una población total de 150 millones y que sigue en aumento, tienen en la actualidad PIB per cápita inferiores a los que tenían en el momento de obtener la independencia. Tampoco somos conscientes de que, entre 1980 y 2000, la tasa de crecimiento media per cápita de África fue cero. Es decir, la diferencia actual entre los países ricos como Estados Unidos y los países pobres como Magadascar es de 50 a 1. En 1960, era de 10 a 1.
La diferencia de los PIB
'per cápita' de unos
países y otros es
mayor que nunca
Como es natural, esa gran brecha de rentas y salarios es un imán para las migraciones. Como muestra un reciente informe sobre Precios y salarios de UBS, el salario real por hora por un mismo trabajo como conductor de autobús (ajustado en función del coste de la vida) es de 20 dólares en Ámsterdam y tres dólares en Bombay. Utilizando el Nuevo Censo sobre Inmigración de Estados Unidos, en el que aparecen los salarios pasados y actuales de personas que han obtenido recientemente el permiso de trabajo en el país, Mark Rosenzweig documenta no solo las diferencias entre los salarios en Estados Unidos y los países de origen de los inmigrantes, sino también entre unos países de origen y otros. Un surcoreano con título de bachiller gana 10 veces más que un indio, y un mexicano con título universitario gana el triple que un indonesio.
En la crisis europea actual, la gente se olvida de que Europa Occidental es mucho más rica que la mayor parte de Asia y prácticamente toda África. Por poner solo un ejemplo: el 1% más pobre de la población danesa tiene unos ingresos superiores a los del 95% de los habitantes de Malí, Madagascar y Tanzania.
Todos conocen las diferencias de rentas. Pero las grandes diferencias de rentas no bastan para producir flujos migratorios si no se dan otras condiciones. El segundo factor que ha cambiado desde los años ochenta es que esas diferencias se conocen mucho más. Ello se debe, como destacaban hace poco Andrew Clark y Claudia Senik, no solo a la globalización en sí (televisión, Internet, redes sociales), sino también a la existencia de más apertura política en países como el antiguo bloque soviético, China y Birmania. Los habitantes de países pobres, hoy, son mucho más conscientes de las diferentes condiciones de vida a las que pueden aspirar para sí mismos y para sus hijos si emigran a países ricos.
¿Quién puede permitirse emigrar? El tercer factor que ha cambiado es el coste del transporte. Que sigue sin ser despreciable. Quienes emigran no son los más pobres, sino los que tienen algo de dinero, los que pueden permitírselo. Para ellos, los costes de emigrar, si bien en condiciones peligrosas, han bajado.
Quienes emigran no
son los más pobres,
sino los que tienen
algo de dinero
Estos tres cambios explican en gran parte la presión migratoria. Pero la pregunta es: ¿qué se puede hacer para interrumpirla o al menos controlarla? Una posibilidad es la política que han seguido hasta ahora los países ricos, como la verja en la frontera entre Estados Unidos y México y la prohibición de la UE de acceder a sus costas. Equivale a construir comunidades cerradas en el mundo.
Los ejemplos de Europa y Estados Unidos son los más conocidos, pero no son los únicos. Arabia Saudí ha construido una verja para separarse de Yemen, India está construyendo una para aislarse de Bangladesh, las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, en la costa marroquí, están totalmente valladas para impedir la entrada de inmigrantes africanos.
Es una estrategia defensiva que, a pesar de sus costes y su dureza, no logra más que una leve reducción del número de inmigrantes y provoca tragedias esporádicas como las de Lampedusa. Además suscita incómodas dudas éticas sobre el derecho a impedir la libre circulación de los trabajadores mientras se permiten los movimientos de capital, bienes, tecnología e ideas.
Una alternativa mejor sería que los países ricos emprendieran una política coordinada para permitir una inmigración mucho más amplia y ordenada de trabajadores, tanto cualificados como no cualificados, mediante programas temporales de empleo. Eso supondría regularizar la potestad de personas procedentes de países pobres para solicitar y obtener empleo en países ricos y aplicar unas políticas de migración más tolerantes y selectivas.
Debemos cambiar nuestra concepción del desarrollo y apartarnos del “nacionalismo metodológico”, poco apropiado para la era de la globalización. Desde el punto de vista global, no importa que los ingresos de una persona aumenten mientras está en su país de origen o en otro, porque el desarrollo global tiene en cuenta el aumento de las rentas de las personas, al margen de dónde vivan.
Desde la perspectiva política de una nación-Estado, estas dos opciones no son ni mucho menos idénticas. Pero quizá tenemos que empezar a adaptar nuestras instituciones —y nuestra forma de pensar— para estar más en sintonía con la globalización. Si los factores de producción tienen libertad de movimientos, los trabajadores deben tenerla también.

Branko Milanovic es economista principal en el Grupo de Investigación sobre el Desarrollo del Banco Mundial, profesor visitante en la Universidad de Maryland, y colaborador de The Globalist, donde se publicó inicialmente este artículo.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

Crisis, ajustes y brecha de género

cs evidente que la excusa de la crisis económica ha relegado el ámbito de la igualdad a mero apéndice de la agenda política actual.
La ausencia del enfoque de género en las llamadas medidas de consolidación presupuestaria (generalmente materializadas en la reducción del gasto público y el aumento de los impuestos) es muy visible en el caso de España. Progresivas reformas de la seguridad social (pensiones), continuos recortes en servicios públicos (sanidad, educación, dependencia) y congelación de los salarios del funcionariado durante tres años consecutivos afectan primordialmente a las mujeres, pues merman sus derechos de desarrollo profesional. La privatización de la educación y la sanidad y la eliminación de ayudas sociales desincentivan su incorporación al mercado laboral, mientras que las mujeres están sobrerrepresentadas en el sector público y las jubiladas reciben, de media, las retribuciones más bajas.
Experiencias de otros países, donde las medidas de consolidación fiscal han tenido un carácter limitado, como en Finlandia, no conducen a efectos negativos sobre la situación laboral femenina, o su acceso y uso de los servicios públicos de cuidados, o penalizaciones sistemáticas a consecuencia de recortes en las transferencias sociales.
Todas estas medidas de ajuste inciden también en la presencia de las mujeres en la toma de decisiones del ámbito empresarial –se pueden consultar cifras actualizadas en el reciente estudio publicado por la Fundación IDEAS Igualdad de género en los consejos de administración empresariales. Prospectiva europea–, pues significan menos posibilidades de conciliar el empleo con la vida familiar.
Los recortes salariales
y en servicios públicos afectan sobre todo
a las mujeres
A nivel europeo, una lectura parcial de los efectos que la actual crisis económica ha tenido sobre el mercado laboral apunta una nivelación a la baja de la brecha de género en el empleo, desempleo, salarios o grado de pobreza. Aunque la destrucción de empleo masculino ha sido más aguda, esta valoración es cortoplacista y poco profunda, ocultando una situación mucho más inquietante reflejada en la involución de la igualdad entre hombres y mujeres en toda Europa, lo que pone de manifiesto que el análisis ha de hacerse preferiblemente en términos cualitativos. Una visión más acorde con la realidad laboral incluye altos niveles de segregación por sectores económicos, pero también ocupacional, o lo que es peor aún, una combinación de las dos.
La primera sugiere sobrerrepresentación de las mujeres en sectores de educación, sanidad, Administración pública y actividades científicas. La segunda señala mayor presencia de las mujeres en los puestos intermedios o inferiores, mientras ocupan únicamente el 16% de los puestos de ejecutivos y el 3% de los cargos directivos de las empresas europeas. De hecho, según el Índice Europeo de Igualdad de Género(GEI), el acceso y la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones (tanto en el ámbito político, como económico) sigue reflejando/suponiendo el “talón de Aquiles” de las políticas de igualdad europeas.
Pese a su trascendencia, un Informe de la UE (2012) destaca que la perspectiva de género ha estado ausente en el diseño y la implementación de las políticas públicas durante la crisis. La Comisión indica que solo una décima parte de las iniciativas enmarcadas dentro de los Programas Nacionales de Reforma (2011) (consignatarios de los planes reforma estructural y consolidación fiscal) tenían en cuenta el impacto de género en todas las fases de implementación.
Las próximas generaciones tendrán que retomar el esfuerzo desde muy atrás
Volvamos a la presencia de mujeres en la toma de decisiones del ámbito empresarial. Según datos recopilados por la Dirección General de Justicia de la Comisión Europea, en las empresas españolas cotizadas en Bolsa, solo el 12% de los consejeros son mujeres y en los últimos tres años el ritmo de incremento de su presencia se ha frenado.
Noruega, por el contrario, país reconocido internacionalmente por tener la mayor presencia de mujeres en los puestos de poder –político (50% del Gobierno actual son ministras) y económico (44% de consejeras en las empresas cotizadas)–, es también referente por su trayectoria en políticas de igualdad. Más de cien años de recorrido, unido al compromiso continuado, el amplio consenso social y medidas de apoyo materializadas en servicios públicos de calidad hacen que la tasa deempleabilidad de las mujeres sea del 77,3% en 2012 (en España es del 54%, mientras la media de la UE-27 se sitúa en 62,3%, según datos de Eurostat).
Toda esta trayectoria había preparado el terreno para la regulación en 2003 de la obligatoriedad de las cuotas en los consejos de administración de las grandes empresas. El país sirve ahora de inspiración para la reciente iniciativa de la comisaria de Justicia, Vivianne Reding, que, tal y como resalta el mencionado documento publicado por la Fundación IDEAS, Igualdad de género en los consejos de administración empresariales. Prospectiva europea, despierta multitud de opiniones encontradas por parte de los Estados miembros y que, de momento, España descarta.
Sin embargo, la inacción también tiene consecuencias e implicará que las próximas generaciones tengan que retomar el esfuerzo desde muy atrás. Ya en 2010, los resultados de una encuesta a 400 mujeres directivas en España, realizada por Addecco, avisaban de que la crisis económica estaba ralentizando la implementación de la Ley de Igualdad.
Tres años después, a falta de un diagnóstico riguroso de la igualdad entre mujeres y hombres, unida a importantes recortes sociales, oscilamos entre dos actuaciones alternativas, a cada cual peor: el inmovilismo político y las medidas de ajuste. Su combinación resulta letal, pues se conciben las políticas de igualdad como gasto que es preciso reducir en épocas de vacas flacas, en vez de valorar su potencial para generar crecimiento económico.

Loredana Stan, ayudante de investigación del Área de Política, Ciudadanía e Igualdad de la Fundación IDEAS