miércoles, 19 de diciembre de 2012

Las victorias de ERC

Desde la perspectiva actual, si analizamos los doce últimos años de la vida política catalana, la estrategia llevada a cabo por ERC es la que ha resultado triunfante, pese a que se trata de un partido con una representación parlamentaria relativamente modesta. Estas son las razones que me llevan a esta conclusión. Si nos situamos en las elecciones catalanas de 1999, las últimas que ganó Jordi Pujol, ERC era el único partido que en su programa proponía la independencia de Cataluña. CiU sólo pretendía oficialmente una mayor autonomía, el PSC un vago e inconcreto federalismo e IC se centraba en problemas sociales. Después de estas elecciones, los socialistas cambiaron de estrategia y dieron el paso más equivocado de su trayectoria política: reformar el Estatuto para intentar atraerse ERC y así, junto con IC, lograr una mayoría suficiente con el objetivo de que maragall llegara a ser presidente de la Generalitat. En este período 1999-2003 tuvieron lugar dos hechos clave de cara al futuro. En primer lugar, CiU y ERC comienzan una carrera sobre quién es más nacionalista. A medida que pasaba este periodo, los sondeos iban dando un trasvase de votos de CiU a ERC, como en 2003 confirmaron las urnas. Este "efecto emulación" será uno de los motores de la política catalana que ha conducido a la situación actual. En segundo lugar, con el primer tripartito, ERC ocupó un importante número de consejerías, pasó a ser un partido respetable y, además, decisivo para formar Gobierno. Estar en los márgenes del sistema, ERC pasaba a ser un componente de una nueva centralidad: el nacionalismo empezaba a desplazarse hacia el independentismo. El período siguiente, 2003-2010, tiene dos características básicas. En primer lugar, un extraño Gobierno tripartito con un objetivo principal: aprobar un nuevo Estatut que, según los ingenuos socialistas, saciar las reivindicaciones catalanas durante mucho tiempo sin calcular que pasaría todo lo contrario: el proceso estatutario, que duró hasta 2010 con la sentencia del Tribunal Constitucional, en realidad lo que hizo fue aumentar el techo de las reivindicaciones nacionalistas. En efecto, tras la previsible sentencia, el independentismo cobró nueva fuerza. En segundo lugar, en cuanto a obra de gobierno, el tripartito quiso hacer un giro a la izquierda con el aumento del gasto en políticas sociales. Con la crisis económica desencadenada entre 2007 y 2008, la deuda pública aumentó exponencialmente y, en conjunto, los dos gobiernos tripartitos dejaron a la sociedad catalana una imagen de incompetencia y mal gobierno. En las elecciones del 2010, una buena parte del voto nacionalista que se había desplazado en 2003 de CiU a ERC volvió a su origen. Los republicanos lograron un pésimo resultado electoral, pero para que esto sucediera CiU tuvo que asumir muchos de los postulados de ERC, sobre todo, con denominaciones diferentes y no inmediatamente, la independencia de Catalunya. El planteamiento de CiU para el período 2010-1014 fue claro desde el principio. Primero, el llamado pacto fiscal en la línea del concierto económico, una opción que sabían que no era posible, ni constitucionalmente ni en el plano de la realidad, pero que le serviría al Gobierno para encubrir durante cuatro años, mediante el victimismo, dolorosas e impopulares reformas económicas y sociales. La excusa del mal financiación de Cataluña-el tan repetido y demagógico "España nos roba", que tanto ha arraigado-sirvió también para otro fin: retrasar tanto como fuera posible la toma de decisiones sobre la independencia de Cataluña, que, si bien era deseada por las bases del partido y una buena parte de la dirección, era rechazada por muchos de sus habituales votantes. Aunque había que dejar que pasara un tiempo para convencer de la independencia a los indecisos. La disputa con el Gobierno del PP sobre el pacto fiscal estaba programada que se alargara, por lo menos, hasta finales del 2013. Sin embargo, el 11 de septiembre pasado, la gran manifestación a favor de la independencia irrumpe en la escena política catalana. Surgen dudas a CiU: la encabezamos o sólo intentamos controlar los efectos? Inclinan por el primero, liquidan el pacto fiscal y convocan elecciones. CiU se olvida que la manifestación, con un componente social muy variado, es un triunfo de ERC, los independentistas de verdad, de toda la vida. Los oscilantes votos nacionalistas que pasaron de CiU a ERC en 2003 y fueron volviendo progresivamente el zurrón de CiU en 2006 y, sobre todo, en 2010, ahora han vuelto a desplazarse hacia ERC. En definitiva, ERC ha ganado la partida mediante una estrategia basada en el efecto emulación con CiU y con la complicidad de la miopía política de los socialistas, los verdaderos perdedores de estos últimos doce años. Ahora CiU se encuentra literalmente ligada a ERC, sin posibilidad de escapar. El PSC se abrazó a ERC en 2003 voluntariamente, con las elecciones pasadas, CiU quería escapar de ese abrazo del oso pero el mal resultado no le deja otra opción. Enredada en sus errores, la formación de Artur Mas puede correr con el tiempo la misma suerte que los socialistas. Estratégicamente es una victoria de ERC.



Leer más: http://www.lavanguardia.com/encatala/20121219/54358104396/les-victories-d-erc-francesc-de-carreras.html#ixzz2FWPUIgrP
Síguenos en: https://twitter.com/@LaVanguardia | http://facebook.com/LaVanguardia

No hay comentarios:

Publicar un comentario