sábado, 22 de diciembre de 2012

Ay, la ilusión

Hace unas semanas, las juventudes del Partit Socialista del País Valencià iniciaron una campaña de recogida de juguetes para niños de familias necesitadas. Montan puestos en las poblaciones y, como en muchos otros lugares del planeta, el plan es que la gente que quiera dé juguetes para que, el 6 de enero, los niños pobres vean que los Reyes Magos no se han olvidado de ellos. Hace cosa de medio siglo que, en Barcelona, el Casino de la Aliança del Poblenou empezó una campaña de recogida de juguetes -Ningún niño sin juguete- que se convirtió en la más conocida de todas cuando Ràdio Barcelona se añadió a ella. Recuerdo haber oído las voces de Salvador Escamilla, Constantino Romero, Javier Sardà, Jordi González... 

Pues bien, las juventudes del PSPV presentaron al Ayuntamiento de Siles una solicitud para instalar uno de esos puestos y el Ayuntamiento -en manos del PP y la Organización Independiente Valenciana- les denegó el permiso. Según el alcalde, si los niños ven cómo la gente lleva juguetes a ese puesto, a los niños que creen en la existencia de los Reyes se les romperá la ilusión. Leo la noticia en el diario Levante: "La resolución por escrito del alcalde, David Morant (PP), argumenta, por un lado, que el ayuntamiento ya ha iniciado su propia campaña de recogida de juguetes y 'se considera suficiente para atender a todos los niños más necesitados del pueblo'. Y deniega el permiso para la parada en la calle 'por no ser un lugar idóneo para esa finalidad debido a la especial sensibilidad de los niños y su ilusión en los regalos de Navidad y Reyes'. Consultado por esta cuestión, el alcalde señaló: (...) 'la recogida a la vista de todos podría hacer que los niños pierdan la ilusión' de creer en el misterio de la epifanía o en la figura de Papá Noel".

Los argumentos del alcalde no se aguantan por ningún sitio y demuestran que ni en iniciativas como esa los partidos son capaces de dejar de lado su rivalidad y el ansia por marcar paquete político. Precisamente, en las campañas de recogida de juguetes -la de Ningún niño sin juguete, por ejemplo- los niños acostumbran a intervenir de forma activa. Son los niños los que ayudan a los padres a llevar juguetes a los centros de recogida. Y si creen en los Reyes, los padres les explican que es una forma de ayudarlos a reunir más, porque hay tantos niños en el mundo que solos no dan abasto y hay que colaborar, colaboración que los Reyes agradecen. La ilusión de los niños sólo se rompe si los adultos van tan faltos de recursos imaginativos que son incapaces de crear, sobre el habitual engaño de los tres barbudos, nuevos engaños que lo complementen e incluso lo hagan aún más verosímil. Me gustaría saber cómo se lo montan esos adultos para improvisar, en la vida cotidiana, una excusa convincente que justifique el cabello delator que el cónyuge les encuentra en el cuello de la camisa o la blusa.

Leer más: http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20121222/54358205496/quim-monzo-ay-la-ilusion.html#ixzz2Fnylt62N
Síguenos en: https://twitter.com/@LaVanguardia | http://facebook.com/LaVanguardia

No hay comentarios:

Publicar un comentario