sábado, 22 de diciembre de 2012

El mundo (re)comenzaba ayer

Ayer fue el día que el mundo siguió girando y el día que Artur Mas fue reinvestido president. Lo que celebraban los descendientes de los antiguos mayas era el principio de una nueva era, un renacimiento. Y en el Parlament se ritualizó un nuevo comienzo. Así que de siniestro (total) nada de nada: está todo el mundo bien entero.

Nadie sabe cuánto durará esta legislatura. Pero tampoco sabía nadie cuándo acabaría la anterior. Así como los 62 diputados que tenía Mas no han garantizado per se una legislatura de cuatro años, tampoco la suma de 50+21, los que tienen ahora CiU y ERC, permite afirmar que esta no pasará del año que viene. Gadamer escribió que no son los interlocutores los que dirigen una conversación: es la conversación la que los dirige a ellos. El final no está escrito; lo que cuenta es el camino. Y haciéndolo se llega a un nuevo inicio, lección de los astrónomos mayas y de la hermenéutica contemporánea. 

Hay que estar atentos al texto y al contexto. El Onze de Setembre, Mas interpretó el mandato de la calle en clave de imperativo categórico: para CiU, los riesgos de convocar elecciones en pleno tsunami excedían con mucho las certezas, pero ante el clamor de la Diada, Mas fue hacia delante. Prescripción cartesiana: cuando uno se pierde en un bosque, la peor solución es volver atrás. Tras las elecciones, Mas podía irse a casa o seguir andando. Y ha vuelto a asumir el mandato de la calle, ahora expresado en las urnas, en clave de liderazgo compartido con el republicano Junqueras. La gente de la mani de la Diada ha escogido Masjunqueras. Pero Masjunqueras sabe que el país ni empieza ni se acaba en la gente de la Diada. 

Junqueras ha ganado la batalla textual en la negociación del pacto de gobierno: hay en la letra del acuerdo más renuncias de CiU que de ERC. Pero también ha asumido que su momento todavía no ha llegado, que en el 2014 quizás tampoco habrá consulta y que quizá habrá que completar la legislatura. No es la ERC del 2003 ni la del 2006: Carod podía escoger entre Mas/Maragall y entre Mas/Montilla o forzar nuevas elecciones. Junqueras sólo podía escoger a Mas o echarlo todo a perder. Es una lectura ajustada al contexto que dice mucho en favor del republicano y que en la investidura ha permitido a Mas ampliar el campo de juego, invitando al PSC a no poner palos en las ruedas del proceso y sumarse al pacto.

El perímetro de la legislatura se ha abierto. También el tratamiento de la crisis. Puede ser que Mas no pueda pagar a los funcionarios de la Generalitat. Pero difícilmente se lo podrá permitir Rajoy. En esta manifestación, CiU y ERC también podrían coincidir, como lo hicieron en la Diada. El margen de maniobra de Mas se ha ensanchado y la pelota vuelve a estar en medio del campo. También para el PP de Rajoy y el PSOE de Rubalcaba.

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