domingo, 10 de febrero de 2013

Patrones estadísticos

EUROSTAT, la oficina estadística de la UE, avanzó en noviembre que España había superado los seis millones de parados. Más del 26% de desempleo (uno de cada tres desocupados del continente), frente al 5,4% de paro que tiene Alemania. Apenas dos meses después, la Encuesta de Población Activa que elabora trimestralmente el INE certificó que el desempleo acariciaba los seis millones de personas, un millón más que las que oficialmente están inscritas en las oficinas de supuesta colocación. Y como el sentido del humor del país está en pleno apogeo, va el presidente de la CEOE y dice que estas estadísticas son más falsas que un euro de plata y que hemos de eliminar la grasa funcionarial con la siguiente receta: mandar a casa a varios centenares de miles de empleados públicos, dándoles una subvención para que así no malgasten papel y teléfono en sus siniestras oficinas ministeriales. Gran contribución la de Juan Rosell a esa doctrina de fe neoliberal en la que el mercado se convierte en religión de culto y algunos patrones se creen poco menos que Dios. Resulta conmovedor que nos digan que el futuro está en el pasado, que hay que desandar lo andado y volver lisa y llanamente a los microsalarios antes que morir de inanición en la cola del desempleo. Puede haber algo de cierto en la propuesta, pero no deja de resultar chocante que un barcelonés nos recete ungüentos chinos como los que se aplican en esas gigantescas fábricas de sudor asiáticas donde se ensamblan y manufacturan los gadgets tecnológicos. Y, ante todo, genera un cierto pasmo que las viejas rogativas empresariales provengan de alguien cuyo predecesor está encarcelado por estafar a tiempo completo. A este paso, nos dirán que saquemos a los hijos de las escuelas y los metamos en un correccional que corrija su insaciable codicia.

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