viernes, 15 de febrero de 2013

No oasis


El socialista Manuel Bustos renunció como alcalde de Sabadell el jueves en respuesta a su supuesta implicación en una red de corrupción, que es el objeto del llamado caso Mercurio. El mismo día, el alcalde nacionalista catalán de Sant Hilari Sacalm fue detenido por su presunta participación en otro asunto injerto público-privada, el caso Pokemon. El miembro del parlamento regional de Cataluña y alcalde nacionalista antiguo de Lloret de Mar, Xavier Crespo, ha visto cómo su apoyo a mafiosos rusos ya es de conocimiento público. Y el caso en el que Jordi Pujol Ferrusola es acusado de lavado de dinero adquiere un matiz burlesco con la revelación de que la conversación de su ex amante con el catalán líder del Partido Popular Alicia Sánchez-Camacho se ha grabado con un micrófono oculto, supuestamente a instancias del ex Partido Socialista Catalán (PSC) secretario José Zaragoza.
Luego está el hermano Jordi Pujol Ferrusola y el actual secretario general de Convergència, Oriol Pujol, quien es perseguido por una posible acusación por su papel en el sistema de concesión de licencias de ITV del vehículo. En la otra mitad de la bancada nacionalista CiU, algunos funcionarios de la Unió desviado fondos de la Unión Europea para la creación de empleo en sus arcas de su propio partido. Viejos colegas de Jordi Pujol Sr. - El ex primer ministro de Cataluña y el padre de los hermanos Pujol Ferrusola - como Maciá Alavedra y Prenafeta, Lluís permanecer acusado por las acusaciones de corrupción que involucran operaciones inmobiliarias del ex alcalde socialista de Santa Coloma.
Esto no es más que un breve resumen de la actualidad en Cataluña. La corrupción se ha convertido en un referente en la región, como una llovizna fina: persistente pero imperceptible a menos que se haga algo para llamar la atención sobre el número de casos y llevar estas prácticas a su fin. Esta misma aflicción arruina todas las regiones de España, y Cataluña no es una excepción.
Y no sólo se trata de pequeñas y medianas escándalos. El caso Palau, en el que 30 millones de euros de los fondos se canalizaron a través de un auditorio de Barcelona y que ha dado lugar a un embargo judicial que se coloca en la sede de Convergència, es un importante caso de corrupción, incluso por las recientes normas españolas. El caso Gürtel-Bárcenas, que está erosionando la confianza en la honestidad del gobernante Partido Popular, y la estafa a los socialistas andaluces 'despido fondo son otros ejemplos. A diferencia de lo que Jordi Pujol y su sucesor nacionalista, Artur Mas, nos quieren hacer creer, Cataluña no es por desgracia un oasis en el desierto que está dañado España. La gran cantidad y peso de los casos que están saliendo a la luz fatalmente socava cualquier argumento.
En un intento por refutar esta conclusión lógica, el primer ministro catalán ha hecho un espectáculo patético de su voluntad suponía que la lucha contra el fraude, que aparece en una serie de oportunidades de fotos con los jueces y los fiscales. Al igual que la afirmación sin sentido del primer ministro Mariano Rajoy a la transparencia mediante la publicación de sus declaraciones de impuestos, esto no es más que un truco publicitario. Sólo la acción va a hacer. El ministro de Salud Ana Mato permanece en su puesto, a pesar de la evidencia de que ella recibió regalos de la red Gürtel. Y el equipo de Mas aún incluye Joana Ortega, quien se hizo pasar por un graduado en lugar de una mecanógrafa. (El ministro de Educación alemán recientemente renunció por un caso similar de engaño.)
Mas y Pujols El argumentan que los casos de corrupción que están siendo utilizados para socavar deliberadamente la causa de la independencia, que Convergència ha defendido recientemente. Tal vez hay algunos que han conspirado de esta manera. Pero es difícil imaginar que una Cataluña independiente con los dirigentes a la cabeza es más limpio que el que han gobernado ahora por un cuarto de siglo.
fuentes http://elpais.com/elpai

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