lunes, 18 de febrero de 2013

Un soberanista que siempre jugó a espías


se le conocía como el nen (el niño) durante los casi siete años que fue director general de la policía de Cataluña. No solo por su aspecto juvenil, sino por el comportamiento espontáneo y afable, quizás excesivo, con el que actuaba en algunas ocasiones. Un sindicalista que le trató en aquella época recuerda que en los almuerzos corporativos con los mandos de los Mossos d'Esquadra, Martorell les conminaba a explicar chistes, en un intento de buscar complicidades pero que a menudo provocaba el efecto contrario entre los asistentes.
A punto de cumplir los 50 años, la carrera profesional de Martorell siempre ha girado alrededor de la seguridad, sea pública o privada, desde que se iniciara en 1989 como técnico en el Ayuntamiento de Barcelona hasta la actualidad, en que es secretario general de prisiones de la Generalitat. Su proyección profesional no se entiende, sin embargo, sin una dilatada militancia en Convergència (CDC) y sin su alineación con el sector soberanista del partido.
Licenciado en Derecho y máster en criminologia, Martorell fue asesor de CiU en la Diputación de Barcelona, jefe del gabinete del consejero de Gobernación, director de la policía de 1996 a 2004 y también se le buscó acomodo en la empresa pública Túnel del Cadí, hasta que llegó el Tripartito.
Después recaló como director general de seguridad del F.C. Barcelona, entre 2008 y 2011, y en esa época encargó investigar a cuatro vicepresidentes de la junta directiva que entonces presidía Joan Laporta para controlar la información confidencial que manejaban y que podía perjudicar al club. La empresa que hizo el trabajo fue precisamente Método 3, aunque en aquella época Martorell ya tenía su propia empresa, Provinen Seguridad, de la que fue director de expansión y desarrollo entre 2004 y 2008.
En aquellos tiempos, Martorell compaginaba su cargo en el Barça con el de concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès entre 2007 y 2010. Era la institución más importante que entonces tenían los nacionalistas.
La llegada de CiU a la Generalitat volvió a suponer un nuevo impulso de su carrera política. En el primer gobierno de Artur Mas fue designado director general de análisis y prospectiva, adscrito a la presidencia de la Generalitat, un cargo de tan ambigua denominación como de asignación de tareas. Martorell dependía entonces del secretario de Gobierno catalán, Germà Gordó, su mentor político y ahora el consejero de Justicia que lo ha repescado para dirigir las prisiones catalanas.
De aquella época data el supuesto encargo que recibió de Gordó para espiar a Felip Puig, cuando fue designado consejero de Interior en contra de todas las quinielas, que situaban a Martorell en el cargo. Gordó y él niegan que existiera tal espionaje y han anunciado acciones legales para defenderse. Ayer declinó hacer declaraciones.
fuentes http://politica.elpais.com

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