lunes, 18 de febrero de 2013

El escándalo de los espías reabre las heridas en la dirección de CiU


con epicentro en Cataluña y que salpica a dirigentes socialistas, de Convergència i Unió y del Partido Popular ha causado un especial resquemor en CiU. Por si los escándalos de corrupción que acechan a la federación nacionalsta no hubieran enrarecido ya bastante el ambiente interno del partido de Artur Mas, la divulgación de informes sobre dirigentes de la formación, encargados presuntamente desde el interior del partido, han acabado de minar la moral interna. La reunión de la dirección del partido, celebrada ayer, visualizó las tensiones internas. El consejero Felip Puigse mostró dolido por haber aparecido entre la lista de espiados con el agravante de que su investigación podría haber sido ordenada desde el propio partido.
Duran pide al director del CNI que aclare si hay “guerra sucia”
La cúpula de Convergència abordó el asunto en una reunión de la dirección a primera hora de la mañana. Después se celebró una ejecutiva conjunta con Unió, el socio minoritario. El asunto de los espías se abordó en la primera reunión, en la que participó Felip Puig. Este lamentó amargamente las informaciones que apuntan a que la agencia de detectives Método 3 le investigó presuntamente por encargo de Xavier Martorell, secretario de Servicios Penitenciarios del Gobierno catalán y hombre de máxima confianza del consejero de Justicia, Germà Gordó. Fuentes de la dirección nacionalista aseguran que Puig dio cierta verosimilitud a la posibilidad de que el informe sobre él, elaborado hace tres años, fuera un encargo interno. Esto contrasta con la versión pública que el propio consejero ha dado públicamente hasta la fecha: “No me creo que nadie de Convergència haya encargado ningún informe sobre dirigentes del partido”, declaró en varios medios el pasado sábado.
Fuentes próximas a Felip Puig confirmaron que el consejero, que durante el espionaje era secretario general adjunto, lamentó ayer el episodio de los informes y de su seguimiento, pero que sus quejas se referían a la imagen que están dando los políticos catalanes en este asunto.
En cualquier caso, la implicación de varios dirigentes en este asunto obligó ayer a mover ficha a la dirección nacionalista. Tras la ejecutiva de CiU, el secretario general de la formación y portavoz en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, pidió la comparecenciadel director del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sánz, ante la comisión de gastos reservados del Congreso para responder a sus sospechas de que hay una “guerra sucia” contra los nacionalistas catalanes. Concretamente, CiU quiere saber si realmente la agencia Método 3, epicentro de los seguimientos a políticos, ha trabajado en algún momento para el CNI. Duran considera que hay “un nexo” entre el espionaje sufrido por Jordi Pujol Ferrusola (el hijo del expresidente) en 2010 a cargo de Método 3 con la denuncia presentada ahora por la líder del PP Alicia Sánchez-Camacho y las filtraciones conocidas en plena campaña electoral catalana.
Además de pedir la comparecencia del director del CNI, CiU anunció acciones legales contra El Periódico, que publicó el presunto espionaje interno en el partido. Y hubo un tercer gesto, éste de Artur Mas. El presidente catalán actualizó su declaración de patrimonio, en un intento de transmitir una imagen de transparecia tras los numerosos escándalos de corrupción que afectan a CiU, singularmente el que salpica a Oriol Pujol, secretario general del partido en el caso ITV. Los nacionalistas destacaron que en dos años al frente de la Generalitat, Mas ha reducido su patrimonio. De los 502.000 euros declarados en 2010 pasó en diciembre de 2012 a tener 470.000. Convergència publicó el viernes su contabilidad interna. Pero en el caso del partido, los años de crisis (2008-2011) le han reportado unas ganancias netas de 1,8 millones.
fuentes http://politica.elpais.com/politica

No hay comentarios:

Publicar un comentario