martes, 10 de septiembre de 2013

La agenda de Rajoy

Qué fotografía la del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, flanqueado por los incondicionales de Galicia, desde el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijó, al presidente de la Diputación de Pontevedra, alcalde de la localidad, ministra de Fomento, Ana Pastor, y suma y sigue, en el momento del paseo campestre cuando enfilaban un puentecillo de madera durante las vacaciones de agosto. Parecía uno de esos cuadros del realismo chino en loor del gran timonel, Mao, rompiendo el aire, que hubiera dicho nuestro colega José Luís Gutiérrez. Qué docilidad la de los colegas de la cámara convocados a lo que en la jerga se llama un mudo. Mudez que expande sus efectos como se ha comprobado ayer en la sede nacional del PP en la madrileña calle de Génova, donde ningún miembro de la cúpula dirigente estuvo por la labor de ofrecerse a los periodistas. De manera que cuanto más transparencia se predica, más opacidad se ofrece.
Qué inauguración de la temporada, el sábado día 31 de septiembre, a los pies del castillo pontevedrés de Soutomaior, donde el presidente Mariano Rajoy aseguró que el caso Gürtel-Bárcenas-financiación ilegal del PP no le causaría ni la menor distracción para atender el programa de reformas en marcha y avanzar en la recuperación económica y la creación de empleo. Pero sucede que semejantes proclamaciones voluntaristas nunca resisten el inevitable contraste con la realidad. Soutomaior dio ocasión para repetir el grito invariable que profieren cuantos están reclamados por los tribunales. Todos garantizan a grandes voces a sus electores que se sacrifican, atados a sus poltronas, para honrar la confianza que recibieron de los electores. Insisten en que las vicisitudes procesales en modo alguno desviarán su atención del cumplimiento de sus deberes.
Qué condena la del presidente Mariano Rajoy a quien lo mismo le da estar en Moncloa, que en San Petersburgo, que en Buenos Aires, que en Bruselas, que en Nueva York, que en Astana, —capital de Kazajistan—, que en cualquier otra parte porque siempre aparecerá un periodista en red español, ruso, argentino, belga, norteamericano, kazajo o chino interesado en saber las últimas vicisitudes de Bárcenas. Un asunto del que le será imposible tomar distancia mientras siga negándose a dar las explicaciones que le reclaman en el parlamento y en la prensa. Porque en el empeño por superar la crisis estamos todos, pero esa determinación no puede cegarnos y conducirnos a adhesiones inquebrantables como la del ministro de Hacienda Cristóbal Montoro en la Escuela de Verano del PP de Gandía haciendo el ridículo.
Le será imposible tomar distancia si sigue negándose a dar las explicaciones reclamadas
Qué desaire el de la pasada cumbre del G-20 en San Petersburgo, con la imagen caminando por del pasillo de Jorge Moragas, Mariano Rajoy y Barack Obama, a la que Moncloa quiso sacar punta y atribuir características de un encuentro en la cumbre con el presidente norteamericano, a cuyas más nimias indicaciones nos plegamos conforme a la servidumbre voluntaria de nuestro estilo, sin obtener después de casi dos años una foto de sentados que han tenido tantos sin haber presentado en la Casa Blanca ofrendas del tamaño de Rota. Supimos que el presidente José Luís Rodríguez Zapatero sufrió castigo de alejamiento por haber permanecido sentado al paso de la bandera norteamericana que desfilaba junto a las de los demás aliados de la coalición bélica formada para intervenir en Irak. Pero nuestro Rajoy que nunca le ha faltado a esa bandera sigue sin ser invitado a Washington.
Qué humillación para los medios de comunicación españoles permanecer ayunos de noticia sobre la actitud de nuestro Gobierno en torno a la cuestión de Siria y la sanción militar en preparación por el uso de armas químicas. Un enigma que solo descifraba el comunicado de la Casa Blanca donde figuraba nuestro país entre los que respaldaban la posición de Washington. En Estados Unidos, en el Reino Unido, en Francia, en el Vaticano y en otros países se han producido debates en sus parlamentos o en la Curia sobre la transgresión del Convenio de Naciones Unidas por el régimen sirio y el castigo que debe aplicársele, por quién, en qué dosis, cuándo y de qué manera. Aquí consumimos una comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, en la comisión correspondiente del Congreso dedicada a una de nuestras prioridades básicas: Gibraltar.
Qué manera de perder en Buenos Aires la pugna por traer los Juegos Olímpicos del 2020 a Madrid frente a Tokio y Estambul. Dedicados con esmero a preparar la candidatura en vez de preparar el Comité con facultades para decidir. Pero Rajoy sabe que la mayoría de escaños peperos en el Congreso le blinda frente a las asechanzas de la oposición. Por eso solo trabaja para que sea irrompible.

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