jueves, 6 de junio de 2013

Negar el saludo a Wert

Unos cuantos estudiantes universitarios destacados por su excelente rendimiento académico decidieron aprovechar el acto de entrega de premios celebrado el martes en el Auditorio Nacional de Música de Madrid para protestar contra la política educativa del Gobierno. Eran una decena entre los 126 distinguidos, es verdad, y tampoco hicieron nada del otro mundo. Algunos de ellos se pusieron la camiseta verde que simboliza la lucha por una enseñanza pública de calidad, se negaron a estrechar la mano del ministro de Educación, José Ignacio Wert, y dos de ellos gritaron desde el escenario consignas contra la LOMCE, la ley que tramita el Parlamento y que ha recibido un rechazo unánime de la comunidad educativa.
Pues bien, ayer ya había voces que acusaban a los estudiantes que negaron el saludo al ministro en tan gozosa ocasión de ser, simplemente, unos maleducados, unos oportunistas que aprovecharon un acto académico para hacer política saltándose las más elementales normas.
¿Son unos groseros los estudiantes que recogieron su diploma y rehusaron estrechar las manos del ministro y de la secretaria de Estado de Educación? Tal vez lo serían si el desplante tuviera unas connotaciones de carácter personal, pero esos estudiantes quisieron desairar a los impulsores de una determinada política educativa, no a don José Ignacio Wert Ortega y a doña Montserrat Gomendio Kindelan. Fue un gesto crítico realizado en un acto público -hubo aplausos y gritos a favor en el patio de butacas- y realizado en un determinado contexto político. Es más, un universitario consciente de la importancia extrema de la enseñanza pública tiene la obligación de expresar sus reproches -de manera pacífica y correcta, como es el caso- allá donde pueda.
Crecido en el castigo
Dijo el ministro Wert que él, como los toros bravos, se crece en el castigo. Se refería entonces a los ataques de los actores durante la entrega de los Goya. Aquella noche el ministro aguantó el tipo. Ahora debería hacer lo mismo antes de extender el calificativo despectivo de «los de la ceja» a algunos de nuestros mejores universitarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario