sábado, 18 de mayo de 2013

Demencia


El Gobierno lleva meses haciendo ojales a la espera de que se manifiesten mágicamente los botones. Y hemos dicho ojales por no decir agujeros, pues los hace sin cuidado alguno, introduciendo la tijera a lo bruto, dañando la tela, sin remates, sin fruncidos, sin la sensualidad labial que se le supone a esa hendidura. Lo malo es que detrás de la tela estamos usted y yo, están nuestros cuerpos, llenos de heridas, algunas de carácter grave. Heridas en la sanidad, en la educación, en la cesta de la compra, en la investigación médica y tecnológica; heridas en la alimentación infantil, en el cuidado de los dependientes, en el respeto a los ancianos, en la limpieza de las ciudades, en la economía doméstica; heridas en el estado de ánimo, en la democracia, en el orden público, en las bibliotecas, en el cine, en el teatro…
No hay aspecto de la vida comunitaria que no hayan atravesado brutalmente con la punta de la tijera. Es para hacer ojales, dicen, de manera que cuando lleguen los botones tengan donde abrocharse. Pero los botones no llegan; es más, los botones huyen espantados porque son amigos de las proporciones, de las cosas bien hechas, y no se abrochan así como así a cualquier abertura. Y a la furia con la que vienen haciendo lo que venimos llamando eufemísticamente ojales se le añade la ceguera loca del que no está dispuesto a aceptar la realidad. Ayer mismo, Rajoy y Báñez y Guindos aseguraban que la reforma laboral, uno de los grandes rotos de estos sastres chiflados, está dando ya sus frutos en lo que se refiere al empleo. ¡En lo que se refiere al empleo! Empezaron mintiendo, y a base de repetir la mentira como una letanía han acabado delirando. Y mientras ellos deliran, los bárbaros del norte nos aprietan las tuercas. Lo raro es la fascinación catatónica con la que la oposición asiste al espectáculo.FUENTES http://elpais.com/elpais/2013/05/16/opinion/1368716349_840833.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario