jueves, 1 de agosto de 2013

Promesa olvidada a los jóvenes

El 22 de enero de 2012, en Le Bourget, el candidato François Hollande se dirigía a una juventud “traicionada”, “sacrificada, abandonada, relegada” y proclamaba: “Por la juventud de nuestro país, quiero ser presidente de Francia.” (...) Hoy, uno de cada cuatro jóvenes menores de 25 años está en paro y, según un estudio de la consultora Deloitte, el 27% de los jóvenes diplomados quieren trabajar fuera de Francia, frente al 15% en 2012. La juventud continúa “sacrificada, abandonada, relegada”.
Cierto, no estamos ante un éxodo masivo de jóvenes cerebros. Y la crisis no es el único motivo de que haya más ganas de trabajar en el extranjero. El principal problema francés reside en el fracaso escolar que incrementa las filas de los que llegan al mercado de trabajo sin diploma y que, evidentemente, carecen de los medios económicos para optar por expatriarse.
(...) A Hollande le quedan cuatro años para realizar su ambición y no se ha quedado inerte. Pese a las restricciones presupuestarias, ha confirmado la prioridad dada a la educación, con 60.000 puestos suplementarios previstos en cuatro años, pero esa opción cuantitativa ¿servirá, por sí sola, para superar el fracaso escolar? El presidente ha lanzado “empleos de futuro” para jóvenes con problemas de inserción y ha inventado el “contrato de generación”, pero los empleos subvencionados son un remedio, no forzosamente una solución. (...) Es preciso que los jóvenes recuperen la confianza en su futuro, tan necesaria. Eso no se hará sin reformas tanto del sistema educativo como del mercado de trabajo. ¡Presidente, no olvide su promesa!
París, 31 de julio de 2013

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