sábado, 21 de febrero de 2015

Toda la verdad

Las cuentas internos de Comisiones Obreras, según los cuales la federación de banca repartió 3,7 millones de sobresueldos entre sus delegados desde 2008 a 2014 y en los que aparecen importantes partidas de gastos en viajes y restaurantes de lujo (más de 14 millones), exigen una explicación pública inmediata  por parte del sindicato, además de la lógica apertura de una investigación interna que aclare no sólo las razones de los gastos y de los sobresueldos suntuarios sino también las relaciones entre la federación de banca (Comfia) y las entidades financieras en las que desarrollaba su función sindical. Para un ciudadano medianamente informado es difícil evitar la percepción, a la vista de las partidas mencionadas, que puede existir una connivencia poco clara entre el sindicato y los grupos bancarios, que va más allá de las relaciones profesionales y sindicales habituales, además de un sistema de retribuciones irregulares de los delegados y un uso abusivo de los recursos sindicales (perciben, no os olvidéis, dinero público para que funcionen), que recuerda, salvando las distancias, los dispendios desvergonzados de las tarjetas opacas de Cajamadrid.
Hasta ahora, la respuesta oficial del sindicato es entre inexistente e insuficiente. No es aceptable justificar sobresueldos superiores a los 20.000 euros en nombre de una genérica "actividad sindical"; la retribución de los representantes sindicales no debe ser diferente de la de cualquier trabajador, afiliado o no. La explicación de estas cuentas alarmantes es crucial para determinar si lo que ha pasado a CCOO es que su Federación de Banca se ha sumado a un proceso de financiación irregular (similar al que se ha detectado en algunos partidos) y que pone en cuestión el ejercicio de las responsabilidades democráticas, o si se trata de un error coyuntural que puede ser corregido con una decisión drástica de la dirección del sindicato.
Pero, en cualquier caso, las opciones están claras: o la dirección del sindicato recurre a maniobras dilatorias -menysvalorar o disculpar los hechos conocidos- o toma el camino de una explicación contundente, autocrítica y radical que depure las responsabilidades correspondientes (en su caso) y modifica las estructuras organizativas y de control interno. Las lecciones del caso de los EREen Andalucía y de los casos de recursos obtenidos de manera dudosa a través de cursos de formación deberían dar una pista a CCOO que la financiación sindical está siendo atentamente escrutado por parte de los ciudadanos y los tribunales; pero lo que debería preocupar más Comisiones es la pérdida de credibilidad de los aparatos sindicales. El razonamiento que atribuye la corrupción y el abuso "personas" o "grupos" que manchan el irreprochable comportamiento de las organizaciones sólo es aplicable cuando las instituciones afectadas aclaran sus cuentas, explican sus errores y demuestran que quieren corregirlos . CCOO tiene aún esa oportunidad.
fuentes http://cat.elpais.com/cat/2015/02/15/opinion/1424033331_469568.html

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