sábado, 21 de febrero de 2015

El linchamiento de Monedero

A primera vista puede parecer que el linchamiento mediático al que durante las últimas semanas ha sido sometido el dirigente de Podemos Juan Carlos Monedero está directamente relacionado con el fraude fiscal. Un político que no cumplía sus obligaciones fiscales, otro de muchos, hay que decirlo, ha sido pillado en falta. Denuncia en el acto, que pague, y tema cerrado.
Pero no, por supuesto que no. Lo más relevante del caso es que no se trataba de un político cualquiera. Monedero es uno de los principales impulsores de un partido político que ha tenido la osadía de lanzar un desafío en regla, una enmienda a la totalidad, el sistema de partidos imperante en España desde 1982, con la declarada pretensión de lanzarlo al vertedero de la historia como un modelo inservible, una molestia para el progreso del país desde el momento que ha quedado reducido a una simple comedero para sus usufructuarios directos: las burocracias del bipartidismo y sus entornos.
Monedero, Íñigo Errejón, Pablo Iglesias y sus compañeros han tenido suficiente habilidad política para que en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2014, la amenaza de desestabilización del todavía vigente sistema de partidos resultara de repente muy verosímil. Con un PP consumido por la corrupción hasta límites insostenibles, con un partido socialista arruinado por la insalvable contradicción de haberse convertido en sumiso y eficaz agente local de las recetas económicas del neoliberalismo dictado desde Bruselas y Berlín, en España de repente ha pasado algo lógico y elemental: la necesidad de liberarse del yugo ha creado el órgano adecuado para hacerlo. Es decir, las amplias capas de población conscientes de ser víctimas de unas políticas económicas y fiscales ideadas para extraerlos sin ningún tipo de escrúpulos los recursos con los que pagar una deuda desorbitado -que como recuerdan los economistas es sobre todo la deuda de las empresas y del sector financiero- parecen decididas a poner su voto a disposición de un partido que rechaza en bloque el modelo causante de su ruina creciente. Es decir, a dar la espalda tanto al PP de Bankia, Gürtel y las mil y una corrupciones asociadas a su gestión del poder, como un partido socialista desnaturalizado por la sumisión a una idea del realismo político que ha dejado de lado su primitiva razón de ser: la representación de los de abajo.
Hubo un momento, cuando el desafío contra el modelo se vislumbró con toda la potencialidad del apoyo electoral que ya había recibido, éste casi 8% de votos, con tendencia a subir, en el que tanto el PP como el PSOE y en general del universo mediático español adaptado al bipartidismo tuvo un sobresalto de desconcierto. Es posible? Caerá el esquema que ha dado más de tres décadas de estabilidad? Ese momento duró poco. Los defensores del statu quo comenzaron a buscar y rebuscar, no entre los defectos del propio modelo en vías de impugnación, no entre sus propias debilidades y contradicciones, sino en los eventuales pecados del adversario. Así fue como, hurgando, se descubrió que Íñigo Errejón era un profesor becario que no cumplía el horario o los deberes presenciales en la universidad de Málaga.
Los defensores del statu quo 'buscaron, no entre los defectos del modelo en vías de impugnación, no entre sus contradicciones, sino en los eventuales pecados del adversario
La cuestión en sí, sin embargo, tenía tan poca entidad que estaba fatalmente destinada a resultar insuficiente. Era, sin embargo, un indicio claro de por dónde irían las cosas, de mostrar a los que están dispuestos a recorrer los partidos delstatu quo cuando se sienten seriamente amenazados. Era el primer aviso: prepárese, porque quien ha tenido el descaro de retar los grandes deberá enseñar las vergüenzas en público. Era el adelanto del striptease fiscal a que se ha obligado Monedero. Este episodio no tenía, ni de lejos, una finalidad recaudatoria, ni económica, ni ejemplificando, ni nada que se le parezca. Era, es, sobre todo, un canto a la inmoralidad. La exhibición desvergonzada del gran argumento de los corruptos y los corruptores. "Mirad, estos que os habían prometido limpieza en la gestión pública y honestidad en el manejo del dinero de todos, honradez ciudadana y responsabilidad republicana, son como todos: también defraudan la Agencia Tributaria". O, dicho de otro modo: "Abandonad vuestras ilusorias esperanzas de regeneración democrática, sus ilusiones de un tiempo nuevo para una moralidad pública nueva".
El propio ministro Montoro, que figura en la lista de dirigentes del PP que presuntamente cobraron sobresueldos en negro, el mismo que se reúne en esta sede del partido de la calle Génova presuntamente pagada con dinero negro, tiene la osadía de proclamar que los ciudadanos no tienen por qué confiar menos en él y en el PP que en el Podemos de Monedero. Os engaña: es como nosotros, como todos, viene a decir triunfante. Lo que el linchamiento de Monedero proclama es que esta nueva fuerza política que ha tenido la insensatez de pretenderse nueva y diferente está hecha con el mismo material que las demás. Y lo que quiere reforzar es la idea reaccionaria en su más pura acepción: no hay esperanza de verdadera mejora, no hay otra política posible. Abandonad vuestras ilusiones de cambio, deje que seguimos gobernando sesión.
fuentes http://cat.elpais.com/cat/2015/02/16/opinion/1424115576_491603.html

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