sábado, 7 de febrero de 2015

Sánchez en la cueva del PP

¿Era necesario un pacto antiterrorista? La política es lucha para la conquista o conservación del poder y nunca hay que olvidar esta perspectiva cuando se toman decisiones en relación a acontecimientos de impacto. Por tanto, hay que atender a los hechos y a su contexto. Desde que se produjeron los atentados de París, el PP ha puesto en primer plano la cuestión terrorista pensando en otros objetivos. Estamos en año electoral y el Gobierno ha apostado su suerte al discurso del miedo: “O nosotros o el caos”. ¿Quién representa el caos? De Podemos al separatismo catalán, todo aquel que aspire a forzar cambios en la distribución del poder.
Sobreactuar en la cuestión del terrorismo yihadista puede ser útil al Gobierno
Sobreactuar en la cuestión del terrorismo yihadista puede ser útil al Gobierno. Genera inquietud en la ciudadanía, despierta resortes muy sensibles en la mente de los españoles por la larga noche del terrorismo etarra y por el atentado del 11-M, y permite, de tapadillo, desarrollar conceptos legales (con drásticas modificaciones del Código Penal y mayor discrecionalidad en la actuación policial) que van más allá de la lucha contra el terrorismo. Poco importa que España esté entre los países más seguros del mundo, que el terrorismo etarra esté felizmente vencido, y que las acciones yihadistas en Europa sean raras y tengan como potenciales autores a un muy limitado número de personas en cada país. Hay que buscar la rentabilidad del miedo para ofrecerse como valladar ante el caos. La lucha contra el terrorismo es más bien un discreto trabajo de información, de cooperación, de política internacional y de atenta actuación en barrios y ciudades. Confundirla con exhibiciones teatrales de seguridad es primar los efectos de política interior sobre los resultados reales.
Con la firma del pacto antiterrorista, el PSOE se suma a la estrategia del PP de fomentar el miedo entre los ciudadanos y rearmar el bloque bipartidista frente al caos de los radicales (denominación por lo menos osada en manos de quienes practican este sistema de “agresiones organizadas”, en palabras de Saskia Sassen, “que llamamos austeridad”). ¿Necesita realmente el PSOE entrar en este juego? ¿Tiene sentido sobreactuar contra el riesgo yihadista, salvo que se busque con ello rendimientos políticos espurios?
Pedro Sánchez buscaba una foto de hombre de Estado junto a Rajoy
Pedro Sánchez buscaba una foto de hombre de Estado junto a Rajoy, para contener a los que le están haciendo la cama en su partido y le reclaman un perfil más centrista. Y dice que quiere más pactos con el PP. Dudo de que consiga la paz en casa, pero, en cualquier caso, tendrá que convencer a una parte de su electorado de que este pacto no es una premonición del día después de las elecciones: la coalición PP-PSOE, soñada por buena parte del establecimiento. El problema del PSOE es que si entra en el juego del PP de nosotros o el caos, colocándose del lado del nosotros, queda automáticamente en posición subalterna. El protagonismo será para el PP que gobierna y para Podemos. Y el PSOE habrá quedado sin papel en el duelo, a la sombra del Gobierno.
fuentes http://politica.elpais.com/politica/2015/02/04/actualidad/1423080836_604111.html

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