sábado, 21 de marzo de 2015

40 dólares por barril

Lo más relevante en la economía mundial en 2015, junto a la apreciación del dólar, es la caída de los precios de las materias primas y principalmente del petróleo. En la última década los inversores han tomado posición en estos mercados y su correlación con las bolsas se ha triplicado. La causa principal del desplome que hemos visto es financiera. Cuando la Fed bajó los tipos al 0% e inyectó billones de dólares en la economía infló los precios de las acciones y también de las materias primas. Cuando anunció que dejaba de inyectar, y ahora que se prepara para subir tipos, es lógico que los precios que subieron caigan.
Pero también hay causas de oferta y demanda que explican el desplome de los precios. China ha cambiado su modelo y ha moderado significativamente su crecimiento, especialmente de importaciones. Esto ha reducido el crecimiento de demanda de materias primas y es otra causa que explica el fin del superciclo. No obstante, China sigue creciendo y explica el 40% del crecimiento de la demanda mundial de crudo.
En la oferta de petróleo los cambios han sido más drásticos. EE UU con petróleo no convencional vuelve a ser el mayor productor del mundo y explica el 100% del aumento de la oferta de crudo mundial. El fracking ha revolucionado el mercado y ha reventado el poder de fijación de precios de la OPEP. Hay pozos en el sur de EE UU con petróleo muy pesado y costes de extracción no rentables a estos precios. Pero en Dakota del Norte extraen petróleo ligero con costes próximos a 30 dólares el barril. La tecnología avanza a toda velocidad y reduce los costes un 15% cada año. También han mejorado el impacto ambiental sustituyendo el agua por cerámicas.
Los inventarios están en máximos históricos y la presión sobre el precio a corto y medio plazo es a la baja. Y ¿a largo plazo? Como diría Keynes, todos muertos. José Antonio Ocampo, catedrático de la universidad de Columbia, ha estudiado los superciclos y periodos prolongados de precios altos van seguidos de periodos prolongados de precios bajos. En la oferta, la revolución energética, especialmente de las renovables, mantendrá la presión deflacionista. La duda es la demanda. India y China determinarán el crecimiento del consumo de petróleo y esto no sucedía en el pasado. Por lo tanto, a largo plazo la presión de demanda sobre el precio será inflacionista.
El FMI ha estimado que la bajada del petróleo aumentará aproximadamente el 1% el PIB mundial. Pero el impacto no será neutral. España es ganadora ya que a estos precios se ahorrará más de 20.000 millones en sus importaciones de crudo. Ese dinero se usará para aumentar el consumo, la inversión y esperemos que también el ahorro, especialmente público.
Pero los países productores sufrirán y muchos quebrarán y sufrirán graves crisis financieras. Rusia, Venezuela, Ecuador y países del norte de África y del medio Oriente son los principales candidatos. Esto tendrá implicaciones geoestratégicas y es el momento de reforzar Naciones Unidas y mejorar la gobernanza global. Es especialmente necesario poner orden en los mercados financieros que han demostrado sobradamente su gran capacidad destructiva y de provocar desempleo e infelicidad.
fuentes http://economia.elpais.com/economia/2015/03/19/actualidad/1426784809_239752.html

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